El día 27, utilizamos el tren para llegar hasta Santa Ana y hacer una marcha de 7,5 km hasta La Sierrecilla, poniendo en práctica las técnicas de marcha aprendidas en charlas anteriores y que se repasaron antes de salir. Por cierto, hubo suerte con el tiempo porque a pesar de haber llovido mucho durante la noche en toda la comarca la lluvia nos respetó y pudimos llegar al camping sequitos, aunque embarrados ;)
Entre las actividades que más han gustado destaca la orientación por indicios.
Un taller de aprender a apagar y a encender fuego de manera segura -para la persona y el medioambiente-: además de aprender a limpiar la zona y controlar que estuviera despejada, practicamos varios tipos de fuego como el tipi y el piramide y a pesar de que la lluvia había mojado las ramas, conseguimos encender el fuego.
Cada día, troperos y escultas preparaban la comida y la cena en talleres de cocina, cuya estrella fue la fruta en sus más variadas formas para cumplir con el objetivo de "cinco frutas al día". Si bien, la creatividad y el aprendizaje entre la diferencia de un menú vegetariano del que no lo es también fueron destacables.
En cuanto a los juegos, los reyes fueron los juegos nocturnos, de pelota, el pueblo duerme y el Psiquiatría.
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